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![]() “Las personas con dismorfobia están ansiosas y deprimidas”, explica Jamie Feusner, principal autor del estudio. “Se obsesionan con defectos minúsculos en su cara y en su cuerpo que nadie más nota”. Como consecuencia, muchos renuncian a salir de casa, se cubren el rostro o el cuerpo e incluso se someten a cirugía plástica. “Y la mitad de los sujetos ha estado hospitalizado alguna vez por intento de suicidio”, matiza Feusner. Analizando el cerebro de estos pacientes y de varios sujetos sanos con resonancia magnética funcional mientras veían fotografías de caras, Feusner y sus colegas han comprobado que, al contemplar su propio rostro, las personas que sufren dismorfobia tienen una actividad inusual en las regiones que procesan la información visual. También se producen fallos en zonas de la corteza frontal que se ocupan de controlar el comportamiento y mantener la flexibilidad emocional en respuesta a diferentes situaciones. Según concluyen los investigadores, todo apunta a que esta enfermedad está relacionada con una severa dificultad para procesar información sobre los rostros humanos. En lugar de verlos en su conjunto, los pacientes sólo ven detalles, y creen que todo el mundo percibirá esas imperfecciones que su cerebro magnifica hasta el punto de incapacitarlos para la vida normal. fuente: muy interesante |
domingo, 7 de febrero de 2010
Espejito, espejito mentiroso
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